No es que seamos traumadas

Metzi Rosales Martel | 22/09/2020

Home DescompasesNo es que seamos traumadas

Algunas personas consideran que visibilizar la violencia de género es “remover” el pasado. Metzi Rosales Martel reconoce que escribir sobre violencia es doloroso, pero decide canalizar ese dolor en su trabajo por una sociedad más justa.

Para mí, transformar el dolor en activismo no nos hace personas traumadas. Nos hace resilientes. Hace poco, tuve una conversación incómoda con una familiar. Ella, como otras personas cercanas, en distintas ocasiones me ha observado, o más bien recriminado, por qué escribo siempre sobre violencia sexual. Y sobre violencia hacia las niñas y las mujeres.

Una vez, hace muchos años, me increpó porque mi guion/investigación para el diplomado de cine que estaba cursando tenía como tema principal la desaparición de niños y niñas durante el conflicto armado. Ella, al igual que otra señora a quien le pedí prestado su hostal para grabar el corto, me dijeron que dejara de revolver la mierda.

Ambas mujeres me llevan muchos años, podrían ser mis madres. Pero no lo son. Ambas son de esta derecha ¿progresista? y machistas hasta la médula. Pues bien, muchos años después he intentado comprender su punto sobre revolver la mierda.

En una columna anterior, escribí que me siento agotada de tanta historia de violencia contra la mujer. Para distraerme, a veces veo películas animadas; claro, evito las que reproducen roles y estereotipos de género. Sobre todo las que terminan con “fueron felices para siempre”. No, no soy Gargamel, ni odio a los pitufos. Solo tengo claro que la felicidad es un estado mental, una decisión, y que muchas personas difícilmente pueden ser felices en un país donde sus derechos humanos básicos son violentados casi por el hecho de respirar y/o existir. También tengo claro que muchas personas podemos ser una mezcla del Barón Ashler (Ashura) al mismo tiempo. Así nos ha forjado el patriarcado. Ya sabemos que deconstruirnos es un camino personal y constante.

Para distraerme de toda esta violencia, a veces salgo a un bar, me tomo un par y como boquitas. O salgo a caminar con Vermut, mi perro. Intento comer cosas ricas. Busco mecanismos para relajar mi cerebro un rato. Pero eso es un privilegio para algunas personas como yo, en este país donde más de la mitad de la población tiene un empleo informal y subsiste con lo que gana a diario.

Pero veamos: dejar de revolver la mierda, como ellas dicen, no significa que la violencia basada en género va a desaparecer. Las niñas, las adolescentes, las jóvenes, las mujeres e incluso las adultas mayores no van a dejar de ser violentadas porque las periodistas feministas (o no feministas) dejamos de investigar y escribir sobre estos temas. Todo lo contrario, invisibilizar lo que nos sucede por ser mujeres en situación de vulnerabilidad no desaparecerá por arte de magia si dejamos de retratar (revolver) la mierda.

La violencia no desaparece por arte de magia como nos han hecho creer Mauricio Funes o Nayib Bukele. Creer eso es vivir la fantasía de las películas animadas y abstraerse de la realidad. Vivir esa irrealidad es la que alimenta a gobernantes dictadores y engorda la corrupción y la pobreza (paradójico).

Quienes vivimos los privilegios tenemos la obligación de retratar e investigar estos feminicidios, la violencia sexual, económica, patrimonial, verbal, simbólica, física, psicológica y emocional. Prefiero que algunas personas sigan pensando/diciendo que soy traumada. Como se lo dije y escribí a esta familiar: no vine a este mundo a llenar sus expectativas ni las de nadie más. Vine a encontrarme a mí misma. Y a contribuir, en la medida de mis posibilidades, a que otras personas a salgan de la mierda.

Para mí, transformar el dolor en activismo es la búsqueda de una sociedad justa e igualitaria para todas las personas. A eso se le llama empatía. No creo en chamanes/as ni en responsabilizar de la violencia basada en género a nuestras ancestras. Afirmar eso sería violentarlas e irrespetar sus historias y vivencias. Mi cerebro no es ni será tan básico.

Unite a nuestro esfuerzo.

Colaborá